Joaquín José Martínez
 Joaquín José Martínez
El primer europeo en salir de un corredor de la muerte de Estados Unidos
 

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La Pena de Muerte

La pena de muerte es el método más injusto de hacer justicia, este cruel castigo es ineficaz pues no resuelve el problema del crimen.

La pena de muerte, llamada también pena capital, se origina casi con la aparición del ser humano sobre la tierra.

Existieron muchos medios de ejecución, algunos de los más primitivos aún se llevan a cabo actualmente tales como la lapidación y la horca, otros ya fueron descartados totalmente, la cruz, la guillotina y el garrote vil, usado en España no hace muchos años.

Fue sin duda la guillotina uno de los métodos más famosos e impactantes utilizado en Francia  hasta principios del siglo pasado. Las ejecuciones eran públicas, actualmente aún  las hay en algunos países, pero lo más atroz era que a los visitantes que acudían a la Exposición Universal de Paris, o posteriormente la torre  Eiffel, se les ofrecía un paquete turístico en el cual iba incluida una ejecución con guillotina y cientos de "privilegiados turistas" según la agencia de viajes observaban tan macabro hecho.

Afortunadamente ahora corren otros tiempos y en la mayor  parte de los países se acabaron las ejecuciones tanto públicas como privadas.

En las últimas décadas parecía que la pena de muerte se aplicaba en países con un régimen de facto o con ideologías religiosas opuestas al cristianismo, nada más erróneo se aplicó y se aplica en países de toda condición social, política, religiosa, económica etc. etc.

La pena de muerte es injusta y discriminatoria, sí, discriminatoria, pues en Estados Unidos, por el mismo delito se condena a muerte a más negros e hispanos que a los denominados blancos, además en ese país la "pena capital" es para el que no tiene capital. Discriminatoria en los países musulmanes donde por ser el mismo delito el hombre es absuelto y la mujer lapidada, discriminatoria también en Guatemala donde solo se aplica a los varones y así podríamos seguir enumerando muchos de los países que aún siguen  cometiendo el error de matar en nombre de su ley.

En estos días que se conmemoran los 52 años de la Declaración de los Derechos Humanos, conviene recordar que muchos países que la aprobaron , firmaron y posteriormente ratificaron, aun mantienen la pena de muerte violando por lo tanto el derecho a la vida.

Juan Pablo II, líder espiritual de los católicos de todo el mundo en una de sus homilías dijo: "La pena de muerte es cruel e innecesaria". Cruel muy cruel  a pesar de que en Estados Unidos cada vez se inventan métodos más sofisticados, sigue siendo cruel. A un condenado a muerte le dan la oportunidad de morir sentado en la silla eléctrica o en la cámara de gas, acostado en la camilla donde se le aplica las inyecciones letales, de pie para ser fusilado o ahorcado, ¿de qué forma no es cruel una ejecución?

En síntesis que la ejecución de una pena de muerte es quitarle la vida a un semejante y si quitar la vida es matar, los Gobiernos y Estados que la aplican también matan, amparados por unas leyes absurdas y caducas para nuestro tiempo.

A pesar de que en España, no existe la pena de muerte, en la actualidad hay dos ciudadanos españoles  esperando  ser ejecutados, uno en Yemen y el otro en Estados Unidos. Para ambos aún es posible la conmutación de la pena y quién sabe si su regreso a casa.

Lo que es irónico es que nosotros no podemos sentenciar a muerte a nadie y sí ser condenados y ejecutados en cualquiera de los países que aun aplican este método tan injusto de hacer justicia.

Escrito por mi padre Joaquín Martínez Sánchez poco antes de fallecer en el 2003.

En estos momentos tenemos a un español condenado a muerte: Pablo Ibar. Ni él ni los demás condenados en el mundo se merecen encontrarse en la situación en la que están. Cada uno de ellos se encuentra en un país diferente regido por las leyes de esos países, y se encuentran en unas condiciones que nadie puede llegar a imaginarse.

Este es el caso de nuestro compatriota:

 

PABLO IBAR:

 

Pablo, de origen vasco, nació en Dania (Florida) y se encuentra en el corredor de la muerte desde el año 2000.

Pablo fue sentenciado junto a Seth Peñalver por un triple asesinato  en Miramar (Florida); las víctimas eran el dueño de un club nocturno y dos chicas modelos.

Según declaraciones y recursos presentados en la Corte Suprema de Florida, Pablo Ibar recibió un juicio injusto, plagado de irregularidades y falsos testimonios.

Las pruebas acusatorias eran mínimas, en teoría no existía ninguna prueba que vinculase a Pablo con el crimen del que lo habían acusado. En el lugar del crimen las huellas y el ADN encontrados no coincidían con los de Pablo Ibar.

Lo más cercano a una prueba que tenían era un  video que captó una cámara de vigilancia en el lugar del crimen y que muestra el asesinato. Durante el juicio  el propio  experto del Estado comentó que este video es de pobre calidad.

Con el apoyo recibido por parte de su familia y del pueblo español, Pablo pudo contratar al abogado Peter Raben que en Diciembre de 2003 presentó un fuerte recurso en la Corte Suprema de Florida.

El pasado 9 de marzo el Tribunal Supremo de Florida ratificó la sentencia de muerte de Pablo y no le concedió ese nuevo juicio que todos esperábamos. Aún así, Pablo y su familia continúan luchando para demostrar su inocencia.

Para más información pueden visitar la Página Web de Pablo Ibar:

http://www.pabloibar.com/

 

 

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